Drácula y el Erotismo. La evolución erótica del arquetipo Sombra, forma de transgresión ante la ética y la moral conservadora occidental en el cine de Drácula.

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2014

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"documento no disponible para descarga". Opta al Título de Cineasta. Especialidad en Post-Producción de Imagen y Sonido, Producción Ejecutiva.

Resumen

La figura del vampiro ha sido llevada a la pantalla grande desde los inicios del cine, contando con una gran variedad de formas y fondos, los cuales han llevado al vampiro a un sinfín de interpretaciones y representaciones. Uno de los vampiros más destacados e influyentes, dentro de la literatura como en el cine, ha sido Drácula. Bram Stoker, autor de la novela de 1897, no inventó la leyenda vampírica, sin embargo la influencia de la novela ha alcanzado el teatro, el cine, la televisión y hasta la misma literatura. El Conde Drácula toma todos los elementos de los vampiros que lo precedieron, más algunas características nuevas que Bram Stoker incluyó en la novela basándose en otros mitos. La figura del vampiro, en este caso Drácula, ha sido asociada a un personaje condenado a vivir en la obscuridad, una sombra que acecha y atormenta a los vivos, un símbolo de maldad y muerte. Drácula aparece en lo más profundo de nuestro subconsciente, existe algo que nos atrae de la figura del vampiro que lo ha mantenido vivo durante el transcurso de los años, el vampiro aparece en nuestra vida de la misma forma que el arquetipo de la Sombra. Drácula cuenta con un sinfín de adaptaciones cinematográficas que responden al contexto histórico en el que fueron filmadas y a la propia interpretación del equipo de producción de cada film, manteniendo siempre el rasgo característico del vampiro: la presencia de la muerte. La figura del vampiro ha sufrido diversas modificaciones. En una época de cambios a nivel interno, la percepción y comprensión de los arquetipos también evoluciona, sobre todo en el llamado arquetipo de la Sombra, la cual acompañado y destacando su lado erótico ha servido inmensamente a la creación de diversas posturas frente a la figura del vampiro, en particular la de Drácula. El erotismo presente en la figura del vampiro siempre ha existido. Desde los demonios que se alimentaban de la energía sexual de sus víctimas, como las lamias o la propia Lilith de la mitología hebrea, hasta las producciones cinematográficas donde Drácula expresa un deseo y placer sexual al momento de beber la sangre de sus víctimas. El erotismo, esta atracción que despierta la figura de Drácula, está completamente relacionada con la muerte. Ambas son una forma de transgresión que van una junto a la otra. El erotismo despierta en el individuo esos instintos que han olvidado, que ha ocultado en lo más profundo de la conciencia, el erotismo desintegra la conciencia angustiante del humano, lo destruye como individuo. El erotismo es una muerte momentánea, y Drácula es el monstruo que deambula entre la vida y la muerte. Y es que la figura de Drácula responde a la concepción que tenemos del arquetipo sombra, y la forma en la que se le retrata cinematográficamente en un claro ejemplo de nuestra postura frente a esos sentimientos que no nos atrevemos a aceptar como propios, que hemos mantenido en la oscuridad de nuestro inconsciente y que poco a poco, al igual que la figura del vampiro, anhela lograr la libertad del estigma que pesa sobre sus corazones. Drácula, aun sujeto a su instinto y condición vampírica, lucha para liberarse mediáticamente de la imagen de un ser simplemente perverso. “Cada vez que se cree muerto el mito de Drácula este reaparece con más fuerza, y resulta curioso que en un momento en que todos los productores rechazaban en masa financiar películas de temática vampírica por considerarla anticomercial, la versión de Francis Ford Coppola pulveriza literalmente las taquillas dejando en ridículo todas las argumentaciones esgrimidas por los mercaderes del Séptimo Arte.” (Salvador Sáinz, “Vampiros, reyes de la noche”, pag.54)

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PERFIL PSICOLÓGICO DRÁCULA, SOMBRA, EROTISMO, TRANSGRESIÓN, OBRA DE COPPOLA

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