Dramaturgia y neoliberalismo. Un análisis de la dimensión política en la dramaturgia de los autores teatrales chilenos surgidos a fines de la década de 1990.
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2012-09
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Universidad de Valparaíso
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Escuela de Teatro
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Opta al Título de Actor. Especialidad en Dramaturgia (Aguilera Garrido, Cristian; Cárez Lorca, Sebastián y De La Fuentes Morales, Antonio).
Opta al Título de Actor. Especialidad en Gestión y Producción Teatral (Ilabaca Vera, Óscar).
Opta al Título de Actor. Especialidad en Dramaturgia (Aguilera Garrido, Cristian; Cárez Lorca, Sebastián y De La Fuentes Morales, Antonio).
Opta al Título de Actor. Especialidad en Gestión y Producción Teatral (Ilabaca Vera, Óscar).
Resumen
Desde
mediados
de
la
década
de
1990
y
en
coordinación
con
el
surgimiento
de
políticas
culturales
como
los
Cabildos
de
Cultura
y
la
Muestra
Nacional
de
Dramaturgia,
aparece
una
generación
de
dramaturgos,
que
—provenientes
desde
distintas
áreas
del
conocimiento—
venían
a
probar
con
su
prolífica
producción
que
las
nuevas
voces
autorales
tenían
mucho
que
decir;
y
que
esto
tenía
calidad.
Alfredo Castro, tan revolucionario defensor de la creación
nacional a principios de los noventa, declara el 2001 que ‘los
textos chilenos son malos, que no hablan de nada’ y que si
él va a hacer una obra toma a Heiner Müller o algún otro
dramaturgo ícono del teatro occidental y si no, mejor no, no
vale la pena.’ (…) Con visiones como estas últimas, el único
camino que queda es la pérdida de identidad artística e
histórico-social de un país, y realmente no es justo que el
espectador se instale a ver historia del teatro contemporáneo
europeo sobre las tablas, sin poder reconocer directamente
lo propio.1
Esta
generación
de
dramaturgos
influyó
poderosamente
a
quienes
los
sucedieron,
y
a
las
generaciones
que
emergen
actualmente.
No
obstante
lo
anterior,
nunca
se
le
ha
reconocido
como
una
generación
propiamente
tal,
ni
se
han
hecho
demasiados
estudios
sobre
sus
obras
y
la
estructuración
del
discurso
que
presentan
individualmente
o
cómo
generación.
En
los
estudios
que
se
han
realizado,
ocurren
dos
fenómenos:
el
primero
–como
podemos
constatar
en
Dramaturgia
Nueva2—
consiste
en
que
los
mecanismos
utilizados
para
poner
bajo
análisis
no
son
capaces
de
abarcar
todo
el
espectro
de
capas
significantes
presentes
en
cada
uno
de
estos
textos.
Esto
debido
a
que
el
análisis
se
plantea
desde
el
punto
de
vista
del
‘drama’3,
bajo
cuyo
prisma
estas
obras
pierden
gran
parte
de
su
contenido,
que
se
encuentra
primordialmente
en
el
discurso4.
El
otro
fenómeno
identificable,
puede
ser
relacionado
con
la
referencia
a
Alfredo
Castro
con
que
abre
esta
memoria;
pues
muchos
investigadores
se
han
dejado
llevar
por
esta
primera
opinión
de
los
grandes
teatristas
de
los
noventa
para
considerar
que
la
generación
de
dramaturgos
que
estudiaremos
‘ya
no
tenía
sobre
qué
hablar’.
Es
desde
este
lugar
donde
nace
nuestro
interés
por
realizar
el
presente
estudio.
Como
un
aporte
tanto
hacia
la
consideración
de
estos
autores
como
un
grupo
generacional;
así
como
hacia
el
desarrollo
de
un
modelo
de
análisis
acorde
con
las
nuevas
formas
escriturales.
No
está
de
más
mencionar
que
este
estudio
surge
muy
en
relación
a
la
memoria
que
Astrid
Quintana,
Marco
Antonio
Trigo
y
Esteba
Sazo
—bajo
la
tutela
de
Cristian
Figueroa—
presentaran
en
2010.
Ese
estudio
indagaba
sobre
la
influencia
de
los
directores-‐autores
de
fines
de
la
década
de
1980
en
la
dramaturgia
de
Juan
Claudio
Burgos.
Llegando
a
una
comprensión
de
la
textualidad
de
Burgos
que
se
relacionaba
con
muchos
aspectos
no
considerados
en
un
análisis
literario
tradicional.
Ese
estudio,
además,
parecía
insinuar
que en
la
dramaturgia
de
finales
de
la
década
de
1990
hay
una
inflexión
en
distintos
niveles
con
respecto
a
la
que
le
precedió.
Este
fue
el
punto
que
nos
interesó
mayormente,
si
bien
los
pocos
estudios
que
existen
sobre
esta
generación
de
dramaturgos
admiten
que
en
ésta
se
produjo
una
inflexión
en
la
forma
de
escribir
teatro,
la
gran
mayoría
—si
no
todos—
señalan
que
éste
cambio
se
dio
solamente
a
nivel
temático:
reduciéndose
meramente
en
un
abandono
de
los
tópicos
políticos
debido
a
la
caída
de
la
dictadura
y
la
aparente
apacibilidad
que
trajo
el
advenimiento
de
la
democracia.
Esta
opinión
además
encontró
asidero
en
algunos
de
los
grandes
exponentes
del
teatro
de
principios
de
los
noventa,
quienes
—como
veíamos
en
un
inicio—
calificaron
la
escritura
de
estos
dramaturgos
como
una
copia
infundada
de
los
modos
escriturales
de
los
autores
europeos
de
finales
de
los
80’.
En
consideración
de
lo
anterior,
nosotros
planteamos
que
esta
inflexión
en
la
dramaturgia
responde
a
factores
políticos
ineludibles,
en
donde
la
dimensión
económica
de
la
política
viene
a
ser
uno
de
los
principales
estructuradores
en
la
dramaturgia
de
los
autores
de
esta
generación.
Creemos
que
el
principal
factor
que
influye
en
estos
nuevos
modos
escriturales
es
la
revalidación
del
modelo
económico
neoliberal
implantado
durante
el
período
de
dictadura.
Este
aspecto
se
hace
evidente
a
través
de
la
desazón
política
que
se
venía
gestando
desde
el
advenimiento
de
la
democracia
y
que
se
desarrolló
durante
los
gobiernos
de
la
Concertación:
provocada
por
la
revalidación
y
homologación
de
muchas
de
las
políticas
de
gobiernos
instauradas
por
el
régimen
de
Augusto
Pinochet.
Muchos
de
los
cambios
que
se
esperaban
con
la
llegada
de
la
democracia,
no
llegaron,
y
finalmente
el
cambio
fundamental
fue
en
cuanto
a
nominalización.
Esto
es
lo
que
se
refleja
a
nivel
discursivo
en
las
obras
de
esta
generación
de
autores,
y
lo
que
pretendemos
probar
a
través
de
este
estudio.
Conforme
lo
anterior,
nuestro
objetivo
fundamental
será
comprobar
en
qué
medida
se
ve
reflejado
el
sistema
económico
neoliberal
en
la
dramaturgia
de
esta
generación
de
autores.
Comprobando,
además,
cómo
el
discurso
de
sus
obras
mantiene
una
dimensión
política;
aunque
influenciada
principalmente
por
el
sistema
económico
y
los
residuos
de
la
Dictadura
que
fueron
reciclados
por
la
Concertación.
Indagaremos,
entonces,
sobre
la
forma
en
que
el
neoliberalismo
afectó
a
la
dramaturgia
así
como
la
forma
en
que
esta
respondió
ante
él.
No
es
nuestra
intención
realizar
una
valoración
de
este
sistema
económico,
por
eso
nuestro
marco
teórico
toma
una
perspectiva
más
bien
sesgada
hacia
la
izquierda.
Nuestra
intención
es
ver
como
las
implicancias
culturales
alteran
la
labor
dramatúrgica.
Para
hacerlo,
en
primer
lugar,
seleccionamos
una
muestra
representativa
de
los
autores
de
esta
generación,
y
luego
escogimos
una
obras
representativas
de
cada
uno
de
ellos.
Cada
una
de
estas
obras
será
sometida
a
análisis,
y
una
vez
analizadas
podremos
establecer
comparaciones
sobre
las
similitudes
y
diferencias
en
los
discursos
de
las
obras
de
estos
autores
que
nos
permitan
llegar
a
algunas
conclusiones
sobre
ellos
como
generación.
No
está
de
más
señalar
que
la
muestra
con
la
que
trabajaremos
no
puede
ser
considerada
como
representativa
de
cada
uno
de
los
autores.
Pero
considerando
que
nuestro
objeto
de
estudio
es
la
generación
y
no
las
individualidades
que
la
componen,
esta
es
una
muestra
totalmente
idónea.
Siguiendo
la
línea
investigativa
anteriormente
expuesta,
hemos
dividido
este
estudio
en
cuatro
partes
fundamentales,
que
constituyen
los
cuatro
capítulos
de
esta
memoria.
En
primer
lugar,
en
el
capítulo
1,
indagaremos
sobre
el
concepto
de
neoliberalismo
y
sus
implicancias.
De
la
misma
forma,
intentaremos
elucubrar
el
modo
en
que
este
sistema
fue
introducido
en
Chile
y
en
el
mundo.
Si
bien
es
cierto
que
la
bibliografía
utilizada
en
este
capítulo
es
más
bien
sesgada
—en
cuanto
utilizamos
casi
solamente
material
en
contra
del
neoliberalismo—
esto
está
hecho
de
modo
intencional
ya
que
no
es
nuestra
intención
—en
ningún
caso—
el
realizar
una
valoración
ética
o
moral
del
sistema
económico.
En
consecuencia,
hemos
optado
por
considerarlo
negativo,
basado
en
una
extensa
bibliografía
de
autores
totalmente
respetables,
para
a
través
de
ella
indagar
en
las
formas
en
que
se
ha
filtrado
hacia
la
dramaturgia.
Finalizamos
este
capítulo
con
una
compendio
de
los
cambios
que
realizó
la
Concertación
de
partidos
por
la
democracia
en
cuanto
a
políticas
culturales
al
tomar
el
poder
en
1990
y
hasta
el
gobierno
de
Ricardo
Lagos.
Una
vez
realizada
esta
primera
recopilación,
en
el
capítulo
2,
haremos
un
análisis
histórico
indagando
de
qué
forma
afectaron
los
cambios
económicos,
ya
analizados
en
el
capítulo
anterior
al
desarrollo
de
la
dramaturgia
en
Chile.
Comenzando
con
las
políticas
desarrollistas
que
permitieron
el
surgimiento
de
los
teatros
universitarios,
para
luego
pasar
al
período
de
dictadura;
sin
políticas
culturales,
pero
con
enormes
cambios
socio-‐culturales
y
económicos.
Para
finalizar
con
el
paso
a
la
transición
a
la
postdictadura
y
la
toma
del
poder
por
parte
de
la
Concertación,
con
sus
respectivos
cambios
culturales
expresados
ahora
en
la
dramaturgia.
Finalizaremos
este
capítulo
con
una
breve
reseña
sobre
cada
uno
de
los
autores
que
consideramos
pueden
haber
influenciado
a
los
autores
de
esta
generación;
a
saber:
Jorge
Díaz,
Marco
Antonio
De
la
Parra,
Juan
Radrigán,
Alfredo
Castro,
Ramón
Griffero
y
Benjamín
Galemiri.
En
el
capítulo
3,
expondremos
los
distintos
criterios
que
nos
servirán
para
realizar
los
análisis
del
capítulo
4.
Para
hacer
esto,
hemos
fijado
tres
criterios
base,
extraídos
de
la
relación
dramaturgia
y
neoliberalismo,
dentro
de
los
cuales
podremos
establecer
una
serie
de
subcriterios
que
permitan
realizar
un
desglose
analítico.
Los
criterios
principales
que
hemos
designado
son:
• Modos
de
producción:
que
se
analizará
en
primera
instancia
de
modo
colectivo
para
todos
los
dramaturgos.
• Temáticas:
que
han
sido
seleccionadas
a
partir
del
modelo
neoliberal,
y
que
buscaremos
dentro
de
las
obras
seleccionadas
en
un
análisis
uno
a
uno.
• Procedimientos:
una
serie
de
procedimientos
dramatúrgicos,
con
un
componente
ideológico
incorporado,
que
intentaremos
encontrar
dentro
de
cada
una
de
las
obras
en
un
análisis
particular
de
cada
una
de
ellas.
Finalmente,
creemos
que
este
estudio
puede
ser
de
utilidad
para
el
medio
teatral
chileno,
en
cuanto
a
que
aportará
tanto
reconociendo
a
estos
autores
como
una
generación
dramatúrgica,
así
como
otorgando
una
definición
clara
y
una
sistematización
precisa
para
el
análisis
del
discurso
teatral
en
las
obras
contemporáneas,
que
ya
no
están
necesariamente
insertas
dentro
de
lo
que
Lehmann
define
como
‘drama’.
Sin
embargo,
aún
queda
mucho
camino
por
recorrer,
muchos
estudios
que
realizar
y
muchas
preguntas
por
responder.
En
la
medida
en
que
nos
alejamos
temporalmente
de
la
época
más
productiva
de
esta
generación,
es
posible
ver
su
obra
con
mayor
claridad,
y
también
es
posible
ver
de
qué
modo
se
enfrentaron
estos
autores
a
la
memoria
histórica
que
les
hubieron
truncado.
Esperamos
que
este
estudio
motive
a
otros
investigadores
a
indagar
sobre
estos
autores
y
sus
obras,
que
representan
loscimientos
de
nuestro
teatro
contemporáneo
y
quizá
el
eslabón
que
vuelve
a
encontrar
la
dramaturgia
chilena
con
el
mundo,
desempolvando
las
huellas
del
pasado.
1HARCHA,
ANA:
“Estancarse
o
avanzar”,
Teatrae,
Nº5,
Universidad
Finis
Terrae,
2002,
p.99
2ESPINOZA,
MARCO;
KNUCKEY,
JOHN;
MURAY,
NELDA,
ZÚÑIGA,
OMAR:
Dramaturgia
nueva,
Ed.
CENTIDO,
Santiago
de
Chile.
2006.
3
Véase
LEHMANN,
HANS-‐THIES:
Postdramatic
theatre,
Routledge,
New
York,
2006.
4
Cabe
señalar,
como
complemento
a
este
punto,
que
la
teorización
sobre
el
discurso
en
la
dramaturgia
es
bastante
escasa.
Dentro
de
nuestra
indagación
nos
percatamos
que
si
bien
son
muchos
los
teóricos
que
utilizan
el
concepto,
no
son
muchos
los
que
han
desarrollado
su
estudio.
En
nuestro
caso,
sólo
fue
posible
hallar
algunas
escuetas
líneas
descriptivas
en
el
Diccionario
de
Teatro
de
Anne
Ubersfeld.
Descripción
Lugar de Publicación
Auspiciador
Palabras clave
CONCEPTO DE NEOLIBERALISMO, DESARROLLO DRAMATURGIA CHILENA, MODOS DE PRODUCCIÓN