La inteligencia emocional del directivo público y su influencia en el clima organizacional
Fecha
2007
Autores
Profesor Guía
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Thesis
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Editor
Universidad de Valparaíso
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Facultad
Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas
Departamento o Escuela
Escuela de Administración Pública
Determinador
Recolector
Especie
Nota general
Título profesional de Administrador Público
Licenciado en Administración Pública
Licenciado en Administración Pública
Resumen
En este mundo moderno, la sensación de inestabilidad perturba a la gente. Resulta difícil de manejar. Cuesta vivir en medio de la incertidumbre. Sin embargo, tenemos que aprender a lidiar con estas condiciones. Son parte del mundo actual. Antes se decía que "los problemas de la casa no debían llevarse al trabajo". ¿Cómo ignorar que se tiene un hijo enfermo? ¿Cómo sacarse de la cabeza que se tiene que cancelar una deuda y no se cuenta con el dinero para hacerlo? Los problemas personales afectan profundamente el desempeño laboral. Se nos ha enseñado que las emociones se deben sentir y expresar de forma controlada y solo en ciertos entornos y en ciertos momentos. Esta forma de pensar se da especialmente cuando nos encontramos en el trabajo. Se considera una actitud muy poco profesional si una persona expresa sus emociones mientras trabaja. Esta forma de ver las emociones es errónea; el cerebro de los seres humanos se ha hecho más grande y más complejo, pero todavía conserva su capacidad para sentir emociones. Lo que se propone en esta tesis es que en la Inteligencia Emocional del Directivo Público las emociones no solo son importantes, sino que resultan absolutamente necesarias para tomar decisiones correctas, para emprender la acción más adecuada a la hora de resolver problemas, para asimilar los cambios y para tener éxito. Un líder debe saber inspirar, despertar pasión y compromiso por el trabajo. Cuando tratamos de entender por qué algunas personas son tan efectivas en su gestión, nos basamos específicamente en algunos elementos racionales tales como la estrategia que este emplea, visión y conocimientos, factores clave para llevar a la prosperidad a las organizaciones. Sin embargo, en los tiempos actuales, en que el papel del trabajador en la organización ha cambiado tan radicalmente, empiezan a surgir con fuerza las necesidades emocionales. Los cambios al interior de las organizaciones, especialmente en el área de las relaciones laborales, son particularmente difíciles porque tienen que ver con las personas, sus valores, actitudes y formas de comportamiento, todo lo cual está profundamente arraigado en sus modos de ser. Por ello, es común observar que los trabajadores no se percatan de la necesidad del cambio, o se resisten a él, debido al impacto que este tiene en sus vidas. Últimamente se han planteado distintas teorías sobre la inteligencia que consideran una pluralidad de factores, entre los cuales se incluyen las inteligencias personales, o sociales, o emocionales que se refieren precisamente a aquellos componentes de la inteligencia que permiten relacionarse de una manera eficaz con los demás y que permiten tomar las mejores decisiones. En este sentido, Gardner introduce el término de inteligencias múltiples para resaltar que son un número desconocido de capacidades humanas que van desde la inteligencia musical hasta la aplicada al conocimiento de uno mismo. Este autor pone énfasis en que estas capacidades son tan fundamentales como las que tradicionalmente detectan los test que miden el coeficiente intelectual. Como resultado postula siete inteligencias, entre las cuales introduce las inteligencias personales en sus dos formas: la interpersonal, que es la capacidad para entender a las otras personas, lo que los motiva, cómo trabajan, cómo trabajar con ellas de forma cooperativa; y la inteligencia intrapersonal, que es una capacidad relacionada a lo anterior, pero orientada hacia dentro. Muy relacionado con las inteligencias personales desarrolladas por Gardner se encuentra el concepto de inteligencia emocional. Goleman plantea que existe una dimensión de la inteligencia personal que está ampliamente mencionada, aunque poco explorada, en las elaboraciones de Gardner: el papel de las emociones. Los componentes más importantes considerados por Goleman en la inteligencia emocional son: el conocimiento de las propias emociones, el manejo de las emociones, la motivación interna, la empatía y el manejo de las relaciones interpersonales. Es interesante enfocarse en estos tipos de inteligencia por su relación con el desarrollo de las habilidades necesarias para tener éxito en el mundo del trabajo. Esta inteligencia adquiere especial importancia en los niveles más altos de una organización, es decir, en aquellos individuos que son líderes. Al considerar estos componentes como parte de la inteligencia surge la inquietud de si será posible modificar, a través de distintos programas de entrenamiento, las habilidades relacionadas con la inteligencia emocional. En las organizaciones, si el líder dirige las emociones hacia el máximo entusiasmo, los resultados serán superlativos; por el contrario, si el líder despierta las pasiones más bajas, la envidia, el rencor y la ansiedad, el grupo difícilmente llegará a la meta. La clave para lograr un liderazgo emocional se encuentra en el desarrollo de las capacidades relacionadas con la inteligencia emocional.
Descripción
Lugar de Publicación
Valparaíso
Auspiciador
Palabras clave
ADMINISTRACION PUBLICA, CLIMA ORGANIZACIONAL, INTELIGENCIA EMOCIONAL, LIDERAZGO
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