Los personajes de la transición. Discursos ideológicos en el cine chileno (1990-2000).
Fecha
2010-12
Autores
Profesor Guía
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Universidad de Valparaíso
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Escuela de Cine
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Opta al Grado de Licenciado en Cine. Mención en Libreto y Guión, Dirección de Cine.
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Resumen
“Primero, los que filmaban en ese tiempo sabían que se trataba de una
especie de ensayo sobre sí mismo, en el sentido más latoso,
más serio del término.
El cine chileno estaba teñido de eso, y la gente decía son “fomes”, “otra vez actitudes políticas”
“no la entiendo”…por qué el público a que están dirigidas era acotado.
Que no las encontraba fomes, que las entendían, que sí querían ensayos sobre política.
El mercado se configuraba así, esas películas estabas efectivamente hechas para esa gente,
porque el resto estaba lejos o yo sé qué”
Ricardo Larraín.
La cita inicial le pertenece a una entrevista de Ricardo Larraín realizada en 2005
por Antonella Estévez. Larraín es el realizador de la película “La Frontera”, una
de las más exitosas a nivel de público y crítica del cine chileno en la década de
los noventa, la que representó al país en diversos festivales, en los que obtuvo
varios premios internacionales, entre ellos un premio a la mejor actriz en Venecia,
además de una gran cantidad de espectadores en el país, que se fortalece por el
reducido número de copias con que salió al mercado.
La Frontera es considerada, por la mayoría de los críticos cinematográficos
nacionales, como el filme más importante del periodo de la transición por su
temática, los discursos presentes, por la forma en que se construye un filme
político sin abordar esto de manera tan central y con una mirada hacia el pasado
reciente del país, apostando por un Chile de futuro, entendiendo este como la
década de los noventa, durante la denominada “transición chilena”.
Si leemos con detención las palabras de Ricardo Larraín, éste habla sobre
el tipo de cine que se estaba reconstruyendo en Chile a comienzo de los años
noventa, sobre ciertos estereotipos que se cargaban en el cine chileno (temáticas
netamente políticas, argumentos aburridos y pésimo nivel técnico sonoro). La
falta de público por sus temas políticos y que el segmento estaba especificado.
Larraín intenta en su filme equilibrar estas vertientes que menciona en la cita y se
refiere profundamente a dos temas que preocupan hasta hoy a la cinematografía
local, pero que a comienzos de los años noventa eran fundamentales en la reingeniería del cine chileno, que se estaba comenzando a refundar, luego del
régimen militar, para poder tomar un nuevo vuelo que había sido interrumpido: el
qué contar y el para quién contar.
El qué entendido como el filme y su significado, lo que la obra nos quiere
decir a través de la historia subterránea, su ideología presente, su visión
partidista, comprometida y el para quién tratando de explicar el problema de la
asistencia del público a las salas, aspecto que hasta hoy en día es tema de
discusión en Chile, haciendo referencia a la palabra mercado, como un valor
agregado, ya en la manera de hacer cine y cómo acercarse al espectador, que
comenzaba con fuerza en el inicio de la década de los noventa.
Larraín habla de este tema personal e intimista, en que se convertían los
filmes, habla de una suerte de “ensayos personales” sobre sus pensamientos más
directos, sin desmerecer que siempre esto ha estado presente en el cine, pero en
el cine chileno de la transición era más evidente, tal como había sucedido en las
reconstrucciones de las democracias latinoamericanas. Además de mencionar
las reacciones del público con estos filmes, reseñando frases que por años se
mantuvieron como estereotipos del cine nacional, básicamente sobre su sonido y
sistema de proyección y que como veremos más adelante cambió con la llegada
de los multicines que cambió toda una dinámica en el país.
Larraín, el cineasta chileno con más éxito a nivel internacional, en la
primera parte de los años noventa1, justifica el tipo de cine que se producía en el
país, al retornar la democracia, un cine evidentemente no-comercial y de tipo
ensayístico focalizado en algunos sectores de los espectadores, de un carácter
netamente no masivo, y por ello centrado en reflexiones ensayísticas sobre la
situación del país con lo que los artistas se vieron fuertemente involucrados. Esto
porque al regresar la democracia se podía expresar con libertad todos aquellos
temas que antes estaban vetados y censurados, el cine se replantea y comienza
a dar señales de estabilidad como el país, e inicia sin querer su camino hacia la
industrialización. Razones más o menos que sirven para entender el cuadro de la
época. Sin embargo, esta actitud fue rotando en el otro sentido y casi al final del
periodo ya se contaba con filmes chilenos orientados absolutamente hacia el otro
lado y con vocación más comercial, con la mira puesta en la taquilla o con reflexiones distintas, centradas en otros ámbitos, como símbolo de post
modernidad personalizada.
El cine chileno de la transición tuvo que comenzar con una reconstrucción,
al igual que el país. En 1990 se retornaba a la democracia, atrás quedaban los
casi veinte años de gobierno militar, con todas sus consecuencias políticas,
económicas, culturales y sociales.
Durante el régimen militar, la actividad cinematográfica había sido limitada
por diversos factores como financieros, censura, control, con la democracia
restituida el quehacer cinematográfico recuperó esa libertad temática, además del
retorno de una serie de directores que estaban en el exilio, lo que dio un impulso
a la actividad cinematográfica local.
El cine chileno de la época de la transición comienza con una mirada a los
hechos recientes, cargado de historias personales y reflexiones entorno al dolor
de las víctimas como eje temático de cada una, es precisamente lo que esta
investigación toma como campo de estudio, ya que se trabaja con el periodo de la
“transición” que se entiende entre los años 1990-2000 (Alfredo Jocelyn-Holt,
Historia del Siglo XX, Editorial Sudamericana, Santiago 2001), enmarcada en los
filmes que se han seleccionado por su importancia a la historia, significación y su
aporte a los temas ideológicos del Chile que se está construyendo hoy, pero
mirando al pasado desde el cine. Influenciado por los acontecimientos vividos,
con un móvil social y personal de cada realizador, y que colaboró de igual manera
para la transición artística, como nacional. De igual manera se presenta una
segunda parte que, al contrario, comienza a abrirse al mundo y a presentar una
chilenidad de historias apartadas de aquellas reflexiones que primaron los
primeros años de la transición, pensando marcadamente en el mercado y la
industrialización.
Si bien, este periodo de transición ha sido parte de distintos estudios e investigaciones, además de libros publicados, aquellos trabajos están orientados mayormente a la descripción de los hechos y los resúmenes argumentales de las
películas, así como cuadros de sus contextos completos en información
adicional, pero no logrando entender mayormente los contenidos estéticos,
ideológicos o propiamente cinematográficos presentes en ellos. Así como otras
publicaciones que se plantean desde las entrevistas a los realizadores del periodo
en que sirve de luces en algunos temas. Es cierto que esta investigación no es
un análisis exhaustivo de cada uno de los cuatro filmes seleccionados. Sin embargo, en cada uno de ellos se indaga de manera más representativa sobre el
aspecto de lo que cada uno de los directores planteaba y quería decir, y
finalmente sobre cuál es el aporte de cada filme al proceso de la transición.
Lo siguiente es realizar una selección de los filmes con los que se va a
trabajar en el análisis, usando como criterio no repetir los nombres de los
directores, su temática relacionada con la investigación y su significación en la
historia del cine chileno, para luego trabajar con la secuencia más representativa
y someterla al trabajo de análisis respecto a su tema, motivo o asunto. El
análisis de las secuencias se trabajarán centrándose en el modelo que presenta
Santos Zunzunegui en su texto “La mirada cercana, microanálisis fílmico” (Paidós
Papeles de Comunicación, España 1996) para trabajar en dos puntos: situar la
película en su contexto histórico y analizar la secuencia en tema, asunto o motivo
y ver su debate ideológico presente.
Una parte se centra en describir los contextos en que el periodo estaba
inmerso y los trabajos teóricos que han hablado de él y sus filmes, el análisis de
los filmes, un capítulo dedicado a su recepción en el momento de salir al público.
El criterio de selección tiene que ver con la importancia de estos filmes, en
los cuales cada uno ha marcado un detalle especial durante la transición, ya sea
convirtiéndose en la película más vista del periodo, la más ganadora de festivales
internacionales, la que mayor relación histórica presenta con la transición o
aquella que demoró mayor cantidad de tiempo en realizarse, pero que tuvo la
menor recepción por cuenta por el público. Sin embargo, en todas ellas está
presente el tema del pasado dictatorial y represivo impuesto en Chile en sus
temáticas y puestas en formas distintas, en apariencias, pero absolutamente
complementarias y unidas en varios puntos que en adelante se explicarán.
Se trabaja con 4 películas del periodo de la transición, siendo cuatro las
analizadas como bases de la investigación:
•“La Luna en el espejo” de Silvio Caiozzi del año 1990
•“Johnny Cien Pesos” de Gustavo Graef Marino del año 1993
•“Amnesia” de Gonzalo Justiniano del año 1994
•“El Vecino” de Juan Carlos Bustamante del año 2000.
Todas ellas de géneros distintos, ya que están presente filmes de dramas,
acción y de ensayo, pero en concepciones iguales respecto al tema ideológico anteriormente expuesto, y que además vivieron realidades distintas cada uno de
ellos, ya que se incluyen directores que vivieron el régimen militar en Chile como
Silvio Caiozzi y Gonzalo Justiniano o en el exilio como Graef Marino.
Además dos películas serán utilizadas como ejemplo que refuerza las ideas
expresadas en las anteriores, siendo estas:
•“La Frontera” de Ricardo Larraín del año 1991
•“Historias de fútbol” de Andrés Wood del año 1997.
Cada uno de estos filmes sirven como ejemplos de la premisa sobre la ruptura
en el cine de la transición, ya que La Frontera es una película insigne de la época
e Historias de fútbol una de las primeras pensadas de una manera alejada del
régimen militar.
1 El éxito de su película “La frontera” le abrió las puertas de la Co-Producción internacional y
capitales extranjeras desde Europa para el que sería su segundo largometraje “El entusiasmo” que
resultó un fracaso de taquilla en Chile y España.
Descripción
Lugar de Publicación
Auspiciador
Palabras clave
PERIODO TRANSICIÓN NACIONAL, SECUENCIA PELÍCULAS CHILENAS, IDEOLÓGICO, POLÍTICO, SOCIAL